martes, 2 de agosto de 2016

Destino de una Call Girl

ADELANTO


— ¿Bella?
—No quiero interrumpirte, pero creo que ahora mismo yo necesito más cuidados que esos papeles.
Planté una mano en su pecho, cerré el puño sobre la camiseta de su pijama y me lancé a devorar su boca. Escuché un sonido de papeles caer y chocar contra el suelo para segundos después sentir sus manos en mi cabeza, agarrándome el pelo, acercando más mi boca a la de él. Si intentaba apretar más sus labios contra los míos podía jurar que acabaríamos fusionados.
Necesitaba aquello. Necesitaba sentir su cuerpo contra el mío, sus manos recorrerme calentando la piel a su paso. Su miembro dentro de mí provocándome placer. Quería olvidarme del mundo, quería que solo existiera él en aquel momento. Que borrara de mi mente todos los malos recuerdos, las experiencias de ese desagradable día. Quería acabar la noche de la mejor de las maneras.

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—Jo mami, no quiero ir —me hizo uno de esos pucheros suyos que debilitaban el corazón pero no podía ceder.
—Tienes que ir cariño.
— ¿Por qué? No me gusta. ¡Lo odio!
— ¿Por qué dices eso Matt? No es tan malo como te crees —le arreglé un mechón de pelo para después pasar mi brazo sobre sus hombros.
—Porque si, no conozco a nadie y se van a burlar de mi porque no hablo como ellos —notaba que estaba a punto de echarse a llorar. 

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Me alarmé. Unas sirenas y unas luces rojas se encendieron dentro de mi cabeza.
— ¿Qué pasa? —pregunté dando un paso al frente, la risa quedando en el olvido.
—Ha llegado algo para ti.
— ¿El qué? —se me adelantó Edward.
—Es una notificación de un juez...